Hace años que vivimos en una era dominada por una nueva forma de comunicarnos, una era en la que la prensa escrita caduca casi antes de ser puesta a la venta. Hace algunos años, cuando llegaban elecciones, igual tenía cierto sentido la jornada de reflexión, un día en el que no había campaña electoral y el votante supuestamente lo dedicaba a analizar la información recabada para decidir su voto.
¿Pero qué sentido tiene esta jornada de reflexión hoy en día?
En mi opinión, ninguno.
Ya de entrada, sin internet de por medio, me parece que no está bien montada. Si es un día en el que los actos políticos para desviar el voto no está permitido, entonces:
- ¿Por qué no retiran esa noche toda la cartelería propagandística repartida por la calle? No sea que el sábado cuando pasee a mi perro me distraigan de mi reflexión e incida sobre mí modificando mi voto…
- ¿Por qué no silencian a los medios tradicionales (prensa escrita, TV)? El sábado de reflexión aparecen publicados los actos del día anterior; el resumen de mítines, declaraciones y patinazos de los candidatos. ¿No es esto un poco incongruente?
Y yendo ya al mundo 2.0, para lograr una plena jornada de reflexión:
- ¿Por qué no silencian a los medios digitales? En la línea de no dar noticias en medios tradicionales, tal vez deberían bloquearse las mismas noticias en medios digitales…
- ¿Por qué no prohibimos que twitteen los políticos? Cualquier cosa que digan podrá ser utilizada como acto de campaña… ¿dónde está el límite?
- ¿Por qué no cerramos Twitter? De este modo evitaríamos twittear entre nosotros y leer opiniones que puedan decantar la balanza de nuestro voto en un sentido o en otro. Aunque bien mirado, antes se reflexionaba en la intimidad de nuestros hogares y bien se podía reflexionar en familia, así que desestimaré este punto. Eso sí, ¿qué tal si ese día les cerramos la cuenta a periodistas y medios?
¡Que nadie crea que son propuestas reales! No podemos ponerle puertas al campo, nuestra manera de comunicarnos ha cambiado y tiene efectos en muchos otros aspectos de nuestra vida.
De acuerdo que lo vintage está de moda, pero hay que diferenciar lo viejo de lo antiguo, y para mí la jornada de reflexión es algo totalmente caduco, no le veo sentido hoy en día.
Uno de los aspectos en los que la vieja política intenta tirar del ciudadano en vez de ir a su lado, sin darse cuenta de que éste ya ha encendido su propio motor.
¿Qué opinas?